Cómo criar a un niño de carácter fuerte
Los niños de carácter fuerte, a menudo, son difamados debido a lo difícil de manejar que resultan para los padres y otras figuras de autoridad; frecuentemente etiquetados como disruptivos, ingobernables o «difíciles», estos niños también suelen poseer una gama de dones sin explotar. Cuando se crían de manera apropiada, estos jóvenes enérgicos a menudo crecen y se convierten en grandes líderes y visionarios – que poseen una gran creatividad, pasión e instinto – pero a la inversa, cuando son severamente disciplinados, pueden convertirse en individuos profundamente perturbados y rebeldes.
Muchos niños superdotados son de carácter fuerte y, como niños superdotados, perciben el mundo de manera muy diferente a sus padres, lo que a menudo conduce a enfrentamientos.
En el fondo del prejuicio negativo en contra de los niños de carácter fuerte, yace la expectativa poco realista de que los jóvenes deben ser inherentemente obedientes y complacientes; palabras como «asertivo» y «obstinado», por ejemplo, adquieren automáticamente una connotación negativa cuando el sujeto es un niño de dos años, pero se consideran cualidades admirables cuando el sujeto es un ejecutivo adulto.
Muchos niños siguen siendo víctimas de ideas obsoletas de siglos pasados cuando se esperaba que los jóvenes fueran «vistos y no escuchados», y nunca cuestionaban a sus mayores. En resumen, a menudo se les daba poco espacio para actuar de acuerdo con su naturaleza individual.
Cómo desarrollar una relación saludable con tu niño de carácter fuerte
No cabe duda de que los niños de carácter fuerte a veces pueden ser abrumadores; su inteligencia los llena de la necesidad de desafiar a las figuras de autoridad, su creatividad los convierte en negociadores expertos, y con frecuencia demandan mucha atención y validación. También pueden ser duros consigo mismos: su perfeccionismo innato puede resultar en una autoestima frágil y hacerlos más propensos a la depresión y la ansiedad. Aunque estos niños multifacéticos pueden parecer mandones, independientes y seguros de sí mismos, siguen necesitando una guía amable y empatía.
El secreto para manejar los extremos inherentes a la crianza de un niño de carácter fuerte, es aprender a crear un equilibrio: los padres deben fomentar la confianza y permitir a su hijo independiente la libertad que necesita para expresarse, a la vez que establecen límites saludables. Los niños de carácter fuerte son, después de todo, todavía niños, y todos los niños necesitan límites para sentirse seguros.
La tranquilidad es esencial para mantener este equilibrio; los padres que son reactivos y críticos, invariablemente intensificarán las situaciones negativas y sacarán a relucir los aspectos más desafiantes de sus hijos. Además, al ser inteligentes, estos niños a menudo aprenderán a jugar con las emociones de los padres reactivos e intentarán manipular las situaciones para que se salgan con la suya. (Ten en cuenta que, si bien esto suena negativo, en el fondo no lo es; estos niños no son maliciosos, simplemente están probando el mundo que los rodea y las personas que lo habitan para obtener comprensión).
A pesar de lo difícil que puede ser lograr el equilibrio, los padres que dominan con éxito el arte de criar a un niño de carácter fuerte, a menudo informan que la experiencia les hace crecer profundamente como personas y dicen que no cambiarían a su hijo por ningún motivo.
Sin embargo, un poco de preparación ayuda mucho cuando se trata de criar efectivamente a un niño que es enérgico e independiente; si estás buscando orientación sobre cómo criar a un niño de carácter fuerte y al mismo tiempo mantener un hogar estable y saludable, intenta implementar las estrategias que se detallan a continuación:
– Enfócate en las «Tres C». La conexión, la comunicación y la cooperación forman los principios básicos para tratar con un niño enérgico: en el momento en que se siente invalidada, ignorada o como si fueras su adversario, es probable que se rebele. Practica técnicas como la curiosidad compasiva (investigar los sentimientos de tu hijo con aceptación y empatía, incluso cuando su comportamiento sea difícil, descubrir sus motivaciones) y escuchar activamente (reflejando lo que escuchas de tu hijo y permitiéndole confirmarlo o negarlo), además de invertir simplemente un montón de tiempo de calidad «uno a uno» en la relación.
Del mismo modo, cuando tu hija se está comportando mal, asegúrate de evitar etiquetarla o tratarla como un problema para ser «solucionado»; concéntrate en reprimir el comportamiento en sí y explica por qué no se puede permitir.
– No tomes la naturaleza rebelde de tu hijo personalmente. La desobediencia de un niño de carácter fuerte no pretende ser un insulto personal, por lo que no debería tomarse como tal; tu hija simplemente intenta afirmarse y tiene opiniones firmes sobre cómo se deben manejar las situaciones. Reaccionar a la defensiva ante una diferencia de opinión hará que la conversación adopte un tono de confrontación y que tu hija se vuelva menos receptiva a tu punto de vista, por lo que es esencial respirar profundamente e intentar invitar a la cooperación. Pregúntale a tu hija por qué tiene dificultades para obedecer una regla en particular y luego solicita sugerencias sobre cómo podrías ayudarla a cumplirla (u ofrece ayudarla a completar la tarea con la que está luchando).
– Gradúa las consecuencias para enseñar responsabilidad, no controles el comportamiento. Los niños que se sienten «castigados», a menudo se resienten y no están dispuestos a cambiar, por lo que es probable que el uso de medidas disciplinarias severas para reducir el comportamiento improductivo sea contraproducente. En su lugar, debes darle a tu hija la oportunidad de trabajar en su comportamiento (por ejemplo, diciendo: «Esa acción obviamente hirió los sentimientos de tu hermana, ¿qué crees que podrías hacer de manera diferente la próxima vez?» o «¿Cómo podría ayudarte a ti y a tu hermana a ser más amables entre sí? Estamos más felices cuando nos llevamos bien «). También deberías tratar de modelar una conducta honesta, responsable, amable y genuina, a medida que los niños aprenden un comportamiento apropiado, principalmente a través de la observación de sus padres. Finalmente, aunque los límites son importantes, debes tratar de imponer solo aquellos límites que son realmente necesarios (demasiadas reglas y regulaciones encadenarán y abrumarán a un niño enérgico) y debes analizar estos límites con tu hija, para que ella sienta que tiene una voz para determinar cómo se implementan. Crea rutinas domésticas juntas y mantenlas constantes.
– No tengas miedo de ser creativa. Si tu hija está teniendo dificultades para cumplir con una regla, intenta pensar «fuera del molde» y ocupe su mente activa creando una solución al problema. Si se aburre rápidamente de hacer la misma rutina de tareas en la tarde, por ejemplo, puedes anotar los nombres de varias tareas en tiras de papel y luego hacer que cierre los ojos y saque uno o más papeles del frasco, de tal manera que el trabajo que realiza (por ejemplo, barrer el piso, ayudar con los platos) será una sorpresa cada noche.
Aunque se necesitará paciencia y perseverancia, es esencial recordar que, la clave para ayudar a una niña de carácter fuerte a florecer, es capacitarla en lugar de tratar de dominarla. Al modelar el buen comportamiento y alentarla a desarrollar compasión y empatía por los demás, le enseñarás a usar su fuerza de forma productiva y positiva.
Dr. Tali Shenfield
Fuente: http://www.psy-ed.com/wpblog/strong-willed-child/
Traducido y publicado en facebook por: Soy Superdotado – tu refugio